Torre de defensa contra la piratería para proteger a los pescadores de L’Escala y L’Estartit, mandada construir por el rey Felipe I de Aragón y II de Castilla en 1598. Desde lo alto de la torre se puede ver una extensa panorámica, ya que su función (llamadas también de fuego y de humo, por las señales que hacían) era avisar a los pueblos del interior de la presencia de naves piratas. Constaba de una guarnición de dos soldados y un teniente de la capitanía de Roses y estaba equipada con un cañón. A mediados del siglo pasado, cuando se utilizaba para usos militares, se abrió una puerta en la parte inferior que permitió acceder a la antigua cisterna que recogía el agua de lluvia. Fue restaurada en 1999. En el primer piso, al que se accedía por una escala de gato, se conserva la chimenea, los espacios de dormitorio y se puede ver el mar por las estrechas aspilleras.