Situado junto al eje del Ebro (C-12), el Parque Arqueológico de La Carrova permite visitar, en un mismo espacio, dos monumentos relevantes de las Tierras del Ebro.

Por un lado, los restos de una importante villa romana que estuvo activa entre los siglos I a. C. y V d.C., ejemplo de los asentamientos rurales de época antigua en el tramo final del Ebro. La visita permite descubrir la zona de trabajo del establecimiento, especializada en la pesca.

Por otro lado, una majestuosa torre de vigilancia del Ebro que data del siglo XIV y que fue, hasta el siglo XIX, una granja agrícola de los monjes cistercienses de Benifassà. Ha sido restaurada y habilitada para la visita y desde su azotea se obtiene una magnífica panorámica del río y su valle.