Entre las estatuillas encontradas en el larario de Vilauba, afectado por un incendio en el siglo III d. C., había una pequeña figurilla de bronce de 11 centímetros de altura correspondiente al dios Lar, la divinidad protectora del hogar. El dios, alzado sobre un pedestal cilíndrico, aparece vestido con una túnica corta y tiene los brazos abiertos, en actitud oferente. En una de las manos sostiene una cornucopia o cuerno de la abundancia, mientras que en la otra originalmente aguantaba una pátera, que no se ha conservado.