Los romanos frecuentemente pavimentaban el suelo de sus viviendas y de algunos edificios públicos.
Los pavimentos más espectaculares y suntuosos son los realizados con la técnica conocida como opus tessellatum. También eran muy utilizados los pavimentos de opus signinum, hechos con cal y una mezcla de piedra y cerámica trituradas, o los de opus sectile, realizados con fragmentos de mármol.
Aquí observamos un fragmento de pavimento de opus signinum, de los siglos I a. C- I d. C., con la inscripción “AVE SALVE” –un saludo de bienvenida hecha con teselas de mármol. Debía formar parte del umbral interior de la puerta de una domus de Tárraco.