Durante la segunda mitad del siglo XVII se construyó la capilla de Sant Valentí. Actualmente, al fondo de esta capilla encontramos el único retablo propiamente barroco que se conserva en Terrassa. Es un retablo probablemente de finales del siglo XVII, del que solo se conserva la estructura original con dorados, columnas salomónicas, ángeles y motivos vegetales. En las hornacinas se encontraban las imágenes de San Valentín, San Severo, San José, San Julián y San Antonio.