En la parte norte del recinto se construyó la iglesia parroquial de Sant Pere. De la construcción original de principios del siglo VI únicamente queda en pie el ábside de planta trilobulada, que, como el ábside de la catedral de Santa María, fue reaprovechado como cabecera de la construcción románica del siglo XII. Se trataba de un edificio de tres naves y una cabecera de planta trilobada.
En una etapa posterior (siglos VII-VIII), el presbiterio se pavimentó de nuevo con un mosaico y, en el lóbulo central, se construyó el retablo mural de Sant Pere.
La parte inferior es rectangular y acoge la representación del Paso del Mar Rojo. La parte superior, de forma semicircular, presenta una decoración en primer plano de ángeles y querubines, y cinco hornacinas con San Pedro, San Pablo y el Tetramorfo, los símbolos de los 4 evangelistas.