El día 2 de enero del año 1112 se consagró la iglesia románica de Santa Maria de Terrassa. La nave y el transepto del nuevo edificio románico aprovecharon el ábside de la cabecera anterior de la época del obispado de Ègara. Se trata de un edificio de cruz latina cubierto con una bóveda de cañón apuntada. En el crucero se levanta una cúpula semiesférica sobre trompas que en el exterior se traduce con un cimborrio octogonal, sobre el que se levanta el campanario.
En la fachada principal y en la lateral norte encontramos la decoración habitual del primer románico, a base de arcos ciegos y lesenas.