En 1458 se encargó a Jaume Huguet un nuevo retablo para el altar de los santos Abdón y Senén, también conocidos como San Nin y San Non, los patrones del campesinado.
Huguet ya era uno de los más prestigiosos pintores del momento y con este retablo logró una de las obras maestras de la pintura gótica catalana.
La iconografía del retablo es de doble advocación. El cuerpo principal está dedicado a los santos Abdón y Senén y el bancal a los santos médicos, Cosme y Damià.