El yacimiento arqueológico de Els Reguers de Seró fue descubierto durante los trabajos de construcción de una de las tuberías de la red de distribución del canal Segarra-Garrigues en 2007. El hallazgo puso al descubierto los espectaculares restos de un megalito, constituido por un túmulo con una cista central delimitado por un anillo de piedras clavadas, datado a mediados de la primera mitad del tercer milenio a. C. Dentro de la cámara se conservaban los restos de dos individuos, como mínimo. Estas personas fueron enterradas con las vestimentas y ornamentos propios del momento, y acompañadas por un ajuar funerario que les permitiría llegar al más allá. Entre estos objetos, destacan un collar formado por cuentas de concha, botones de hueso y distintos elementos de industria lítica, como una flecha y puntas de flecha, así como numerosos fragmentos de cerámica campaniforme y de tradición local.
Lo más excepcional de este monumento, sin embargo, es la decoración esculpida de las losas que formaban parte del megalito. Estas losas correspondían a fragmentos de antiguas estatuas-estelas que habían sido aprovechadas de un monumento escultórico anterior.
En la actualidad, el megalito constituye una manifestación insólita dentro del mundo megalítico, a la altura de los conjuntos más relevantes y conocidos del Neolítico final - Calcolítico europeo.