La caldera dispone de tubos intercomunicados por donde circula el agua. La combustión de carbón, en la caldera de horno, calienta el agua y la transforma en vapor, que se dirige hacia la máquina de vapor y ahí se transforma en energía mecánica, que es la energía que acciona toda la maquinaria de la fábrica. Las calderas del Vapor Aymerich, Amat i Jover no se apagaban nunca, pues la fábrica funcionaba las 24 horas del día.