Jaume Vilallonga fue uno de los primeros artistas que convirtieron Tossa en fuente de inspiración. Y sobre todo la dieron a conocer. Vinculado familiarmente a la población, no hay rincón de Tossa que no haya pintado. Vilallonga estudió en la Lonja de Barcelona y después en la Escuela de Bellas Artes de San Fernando y en la Escuela Oficial de Bellas Artes de Madrid. Más adelante, se marchó a París, en 1888, para estudiar en la Academia Colarossi. Aunque generacionalmente está en contacto con el modernismo, Vilallonga derivó hacia el realismo.