Durante el periodo de entreguerras llegan a Tossa artistas procedentes de toda Europa, entre ellos, Olga Sacharoff. Pero durante los cinco primeros años de los años treinta, Tossa se llena de artistas de diversas disciplinas. La mayoría eran alemanes de origen judío que ya presentían, a raíz de los primeros decretos antisemitas, el horror que tendría lugar más adelante. Marc Chagall, André Masson, Jean Metzinger, Georges Kars, entre otros, fueron algunos de los artistas que se instalaron en Tossa. Se produjo una confluencia de las vanguardias nunca vista. Fue una época tan ecléctica que Rafael Benet calificó Tossa como la “Babel de las Artes”.