El camarote de un capitán de barco era una estancia muy sencilla que tenía como mobiliario una cama y un baúl.
Las condiciones de vida de la tripulación eran muy precarias. Las enfermedades asociadas a la alimentación eran muy comunes y sufrían graves problemas derivados de la falta de higiene. Dormían todos en cubierta, excepto el capitán, que tenía camarote propio. La tripulación de un velero de altura de tres palos estaba formada por unos dieciocho hombres: el capitán, el piloto, el agregado, el contramaestre, el mayordomo, el carpintero, el cocinero, unos ocho marineros, dos mozos y el grumete o mozo.