El incremento de la navegación durante la segunda mitad del siglo XVIII exigió un número más alto de profesionales titulados y la creación de centros docentes en los pueblos costeros del Maresme y en Barcelona.
Para poder conducir las embarcaciones, los pilotos debían tener conocimientos de náutica, astronomía, idiomas, legislación y maniobras. Tenían que hacer cálculos matemáticos y físicos para determinar las distancias de navegación y el tiempo. La ciencia siempre ha procurado instrumentos a los marineros para que los viajes fueran más fiables y seguros.
El museo acoge una importante colección de estos objetos: bitácora, cartas náuticas, derroteros, diarios de navegación, sextantes, octantes, relojes solares...
En el año 1860, los hermanos Jaume, Josep y Pere Villà i Serra, hijos de Vilassar, instalaron en el Masnou una escuela privada, conocida como Estudis de Vilassar.
A solicitud del Ayuntamiento del Masnou, el 27 de noviembre de 1869, la Universidad de Barcelona autorizó la creación de una Escuela Libre de Náutica, que pasó a ser declarada «establecimiento público».
Las dificultades para mantenerla hicieron que el Ayuntamiento aprobara la supresión de la escuela, que no fue efectiva hasta el año 1881. Los alumnos del Masnou se incorporaron a la Escuela de Náutica de Barcelona.