En el sótano es donde se concentraba la mayor parte de la producción, ya que era donde estaban las ruedas hidráulicas que accionaban algunas de las máquinas del molino papelero.
La elaboración del papel manual era lenta y laboriosa. La materia prima la constituían trapos viejos, cuerdas, redes, velas de barcos..., que después de un proceso de trituración se convertían en pasta de papel. Con esta pasta se hacían las hojas de papel de una en una. A excepción del proceso de secado y el proceso de acabado, el resto del proceso de fabricación se realizaba en el sótano.