La construcción del complejo de Capdella se abordó desde diferentes áreas de trabajo (lagos, cámara de carga, central...) que avanzaban simultáneamente. De una obra a otra hay bastantes kilómetros de distancia, por eso la comunicación entre el personal era fundamental.
Para poder estar comunicados en todo momento, el teléfono de campaña era un instrumento imprescindible. Se transportaba dentro de un estuche de madera colgado de una correa. Tenía un auricular y una manecilla para establecer la conexión.