La tejedora manual entrelaza el hilo para convertirlo en tejido. Su funcionamiento consiste en cruzar los hilos longitudinales, llamados urdimbre, con los verticales, denominados trama, de forma que, al pasar la urdimbre por encima y por debajo de la trama, se forma el tejido. Se compone de un plegador de urdimbre, un peine, dos o más lizos, una lanzadera que contiene el hilo de la trama y un plegador que recoge la tela.
Estas tejedoras permanecieron activas en el ámbito doméstico hasta el siglo XIX, a pesar de la llegada de la industrialización del textil en las riberas del Ter y del Freser.