El martinete se empleaba en la antigua fragua catalana para compactar el masser, limpiarlo de escorias y forjarlo. Era un artefacto de dimensiones tan considerables que para su funcionamiento necesitaba energía hidráulica. Consistía esencialmente en un martillo que funcionaba cuando se aplicaba una fuerza al extremo posterior del mango, de forma que se hacía palanca, se levantaba y luego se dejaba caer el extremo delantero, donde estaba el mazo, sobre el masser colocado sobre un yunque.