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Museo Etnográfico de Ripoll

05. Vida en el hogar

Alcoba.

Alcoba.

Las diferencias sociales se justificaban atávicamente como un producto del destino. “Cada casa es un mundo”, decimos todavía, y las distinciones se establecen según las posibilidades de las familias. En el mundo rural, la división se trazaba entre los propietarios y los campesinos; en la colonia fabril, entre los patronos y los obreros; en el pueblo, entre los comerciantes, los profesionales o la gente de oficio; y en el hogar, según el rango que correspondiese a cada miembro de la familia.

A finales del siglo XIX y principios del XX, la denominada lucha de clases conmocionó al mundo. Socialmente, y no sin esfuerzo, se iba imponiendo una mentalidad más igualitaria, al tiempo que en los hábitos de las personas los avances técnicos uniformizaban las maneras de vivir. Nada volvería a ser como antes. El progreso llegaría de una u otra manera, en forma de derechos civiles y en de mejores prácticas: de la lámpara de aceite o de carburo se pasó a la electricidad, del hogar de leña a la cocina económica o de gas, de la colada en el río a la lavadora, de la despensa y el carnero a la nevera, de la tartana al coche, y del rosario y los relatos de las tardes a la radio y la televisión. Unos cambios sin marcha atrás.

OBJETOS

<p>Museo Etnogr&aacute;fico de Ripoll.</p>

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Ropa de niño
Ropa de niño
<p>Museo Etnogr&aacute;fico de Ripoll.</p>

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Taza de exorcismos
Taza de exorcismos
<p>Museo Etnogr&aacute;fico de Ripoll.</p>

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Tambor
Tambor
Alcoba
Alcoba
Alcoba
<p>Museo Etnogr&aacute;fico de Ripoll.</p>

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Cuchillo del pan
Cuchillo del pan
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