El arte gótico catalán que se conserva en el MEV incluye obras de cada una de sus etapas.
La pintura gótica de los siglos XIV y XV está muy bien representada: desde los inicios del gótico lineal de principios del siglo XIV, pasando por el estilo italogótico de mediados del siglo XIV, hasta el gótico internacional del siglo XV. El linealismo de influencia francesa es manifiesto en las tablas de Soriguerola. La corriente italianista, a partir de 1330, se evidencia en obras pictóricas vinculadas a los Bassa. Y del primer gótico internacional destacan las obras de Jaume Cabrera o Joan Mates y, sobre todo, los magníficos retablos del convento de Santa Clara, de Lluís Borrassà, y de Guimerà, de Ramon de Mur (los mejores pintores catalanes de la época), expuestos en un espacio que recuerda el patio de un edificio gótico.
Por lo que respecta a la escultura gótica del siglo XIV, podemos ver imágenes de cristos y vírgenes en madera, piedra y alabastro. Es destacable el retablo de alabastro de Sant Joan de les Abadesses de Bernat Saulet; la virgen de Boixadors, una de las obras maestras de la escultura gótica catalana de esta época, y otras que se pueden vincular a autores de alta calidad como Pere Oller.