Cuando se arrancaron las pinturas románicas de la iglesia de Sant Quirze de Pedret aparecieron los restos de una decoración mural anterior, prerrománica. Se trata de dos fragmentos que estaban a ambos lados de la ventana del ábside central. Uno de estos fragmentos se conoce como el Orante, en el que se representa un personaje masculino con los brazos extendidos en actitud de plegaria, dentro de un doble círculo decorado con formas en zigzag. Sobre el círculo aparece un ave con las alas extendidas.