En 1860 la reina Isabel II viajó a Barcelona y parece ser que pudo visitar el Museo de Sal. Este busto iba a ser un obsequio, pero finalmente la reina no fue a Cardona y el busto permaneció en el Museo de Sal. Es obra del escultor, pintor y miniaturista Lluís Vermell i Busquets, autodenominado el Peregrino Español, buen amigo de Mosén Riba. Está esculpido en sal gema, un mineral incoloro en estado puro, pero con coloraciones variadas cuando contiene impurezas, como arcillas, óxidos de hierro o sulfatos.