A mediados del siglo XIX vivía en Cardona (Bages) Mosén Joan Riba i Fígols, un hombre polifacético hijo de la parroquia de la Selva (Navès). Además de las funciones propias del sacerdocio, se dedicaba, junto con otros artistas de la época, a construir castillos, estatuas, imitaciones de toda clase de frutos, utensilios de mesa, golosinas, armas... con la peculiaridad que el material que utilizaba, de manera exclusiva, era la halita, o sal gema, originaria de las minas que hay bajo la villa de Cardona. Conocemos el nombre de algunos de sus colaboradores: Joan Cutrina, Josep Sunyol, Joan Grau, Lluís Vermell, o el florentín Giovanni Battista Pietrasanta. Mosén Riba Construyó un pequeño museo en casa, que tuvo un gran éxito de público y de crítica según las crónicas de la época y las impresiones que se anotaban en los libros de visita. Al morir Mosén Riba, el obispo Ramón Riu i Cabanes, impulsor del museo diocesano, compró esta colección en subasta pública y la trasladó de Cardona a Solsona. Actualmente podemos ver una selección de estas obras en la primera sala del museo.