La turbina Francis es muy apropiada para pequeños saltos en ríos caudalosos y con desniveles suaves y poco pronunciados. La cantidad de agua que entra en la turbina y, por lo tanto, la presión que se transmite al rotor se regula mediante unos álabes accionados manualmente con un regulador, manteniendo así una velocidad de giro constante. Este movimiento circular se transmite al eje vertical y de ahí se transmite a los embarrados. Actualmente, la turbina Francis del Museo del Ter produce electricidad.