Las ventajas de la energía hidráulica convirtieron al Ter en un río de fábricas. En sus orillas se establecieron, desde mediados del siglo XIX, decenas de fábricas y colonias textiles que hicieron de Manlleu y Osona un distrito industrial. Can Sanglas es una de estas primeras fábricas. En este primer ámbito, situado en la planta baja del edificio, podemos observar dos espacios de producción de energía hidráulica aún en funcionamiento: una turbina Francis, que ha sido acondicionada para generar electricidad, y una turbina Fontaine de 1860, uno de los primeros motores hidráulicos instalados en el Ter por la empresa Planas. Gracias a un proceso de restauración, podemos observar este último ingenio hidráulico en funcionamiento, y la energía que produce permite poner en marcha, gracias a un sistema de embarrados, un conjunto de máquinas del proceso de la hilatura. En este mismo ámbito de la exposición permanente se explica el proceso de la fabricación del hilo de algodón y se muestran las principales máquinas del proceso de producción: la carda, la mechera, la continua de hilar, el aspe…, muchas de las cuales se fabricaban en las factorías metalúrgicas de Manlleu, aparecidas al amparo de este proceso de industrialización.