Si observamos los juguetes que integran los capítulos “Movimiento mágico” e “Intergalácticos”, podemos apreciar dos grandes diferencias: el material con el que están hechos y su funcionamiento. Mientras que los juguetes del “Movimiento mágico” son principalmente de hojalata litografiada y se mueven con cuerda, los “Intergalácticos” son esencialmente de plástico y funcionan con pilas.
La evolución del juguete va intrínsecamente ligada al desarrollo de los materiales de producción. En Cataluña, las industrias dedicadas a la fabricación de juguetes aparecieron a finales del siglo XIX y principios del XX. Para su producción, utilizaban materiales tradicionales de aquel momento: madera, tejido, cartón, cuero, porcelana, papel, hojalata pintada o litografiada, plomo, goma, barro, vidrio... Más adelante se incorporaron nuevos materiales como la baquelita, el amberol, el celuloide y el plexiglás.
A principios de 1950 el plástico empezó a utilizarse de forma masiva en la industria del juguete. Al ser un material maleable permitía fabricar juguetes de tamaños y formas muy diferentes y las empresas del sector vieron un gran potencial.
El funcionamiento de los juguetes evolucionó de forma paralela. Pasaron de ser simples arrastres tirados con un cordel, a incluir mecanismos con un muelle y una llave para darles cuerda con el objetivo de ponerlos en movimiento. Así mismo, el uso de contrapesos se substituyó por las pilas alcalinas o pequeñas baterías.