El juego es una actividad presente a lo largo de los siglos y de las civilizaciones, por antiguas que sean. Los primeros datos sobre juegos proceden del antiguo Egipto (3100 a. C.) y de Babilonia (2600 a. C.), donde, en sendas excavaciones arqueológicas, se han encontrado los juegos de tablero Senet y Ur, respectivamente. Tanto uno como otro eran juegos muy populares y preciados, encontrados en muchas sepulturas, incluso las reales en el caso del Ur.
En el año 1000 a. C. ya se hacían volar cometas por el cielo de Oriente, aunque sus orígenes pueden ser más antiguos.
Las antiguas civilizaciones grecorromanas también crearon juegos y juguetes, muchos de los cuales han perdurado hasta hoy en día: yoyós, pelotas, peonzas, bolas, muñecas, dados, figuras de animales, etc. En las excavaciones de Empúries y Tarragona se han encontrado varios de estos objetos realizados con huesos, arcilla, marfil, cristal, plomo y piedras. Divertimentos de infancia, juegos de habilidad y fuerza, pasatiempos de azar o de estrategia (muchos de estos, practicados por adultos) eran la expresión de una actividad lúdica o de una rivalidad atlética. Se vinculaban estrechamente a las diferentes facetas de la actividad humana, incluso con un carácter religioso, festivo y funerario (las muñecas, por ejemplo, se solían introducir en las tumbas infantiles).