De 1909 a 1912 se produjeron cambios en el proceso productivo y es cuando se construyó un depósito de gran tamaño para almacenar el clínker que salía de los hornos rotatorios para ser convertido posteriormente en el polvo del cemento. Este depósito tiene una capacidad de 8.000 toneladas de clínker. Actualmente, todavía se pueden ver los restos de clínquer.