Los vagones del tren conocido popularmente como "El Carrilet" se cargaban a mano, en el apartadero, junto a la fábrica. Durante el viaje desde la fábrica hasta su destino, los sacos de yute -que más tarde serían sustituidos por sacos de papel- podían perder hasta el 10-20% de su contenido. En 1963, cuando cerraron los ferrocarriles, el transporte del cemento pasó a hacerse con camión.