Con la invasión musulmana de la antigua Hispania romana, Dertosa, denominada Turtuxa a partir de entonces, se convirtió en un referente de Al-Ándalus. En el siglo IX las fronteras se estabilizaron y Turtuxa pasó a ser uno de los enclaves extremos al norte del dominio andalusí, dentro del sistema defensivo de la Marca Superior, en el valle del Ebro. En pocos años se completó el proceso de islamización y la nueva sociedad acabó imponiendo su cultura, religión y administración. Turtuxa, “la lejana”, fue, durante más de 400 años, una ciudad integrada en el mundo musulmán y citada por cronistas e historiadores coetáneos.