La prehistoria fue una época de grandes cambios medioambientales, especialmente significativos en el curso inferior del Ebro. A partir del final de la última era glacial, la temperatura y la humedad aumentaron, el bosque se extendió y el nivel del mar se elevó, inundando las tierras más bajas. Ello favoreció la ocupación de cuevas en la montaña.
En esta época también tuvieron lugar importantes cambios culturales: de la caza y la recolección se pasó a la agricultura y la ganadería, el trabajo de la piedra evolucionó y aparecieron manifestaciones de una calidad artística notable, como la cerámica y el arte rupestre.