La actividad cotidiana de un ciudadano romano dependía de su categoría social. Buena parte tenía lugar fuera de casa, en espacios abiertos y edificios públicos, donde hacían política, cuidaban las relaciones sociales, practicaban el culto o hacían negocios.
El espacio público más importante era el foro, la plaza en la que estaban los templos y los edificios administrativos, donde se celebraban los actos políticos, sociales y religiosos más relevantes.
Las actividades artesanales, comerciales y lúdicas se concentraban en el eje del cardo maximus.
Las transacciones comerciales se controlaban desde un mercado central al que llegaban productos manufacturados de todo el Imperio. En Mataró, las excavaciones alrededor de la Plaça Xica han permitido localizar los restos de un gran edificio con porche que se ha interpretado como el mercado de Iluro.
En las termas o baños públicos, los ciudadanos cuidaban la higiene personal, se animaban en largas tertulias y hacían ejercicios gimnásticos que completaban con baños de vapor y masajes. Un sector de piscinas permitía la sucesión de baños de agua caliente, templada y fría. En la Plaça de Can Xammar se localizaron los restos de las termas de Iluro, un edificio de grandes dimensiones lujosamente decorado.