Es una pintura mural al fresco, pero con retoques de pintura al temple. La pintura fue arrancada del muro y traspasada a una tela.
Iconográficamente, la representación sigue el modelo inspirado en el Apocalipsis de san Juan, muy característico en las artes figurativas románicas.
Apocalipsis, en griego, significa «revelación». San Juan sube al cielo, donde ve la figura de Dios Padre, tal como se representa en esta obra: Cristo aparece sentado en un trono, con el Libro en la mano izquierda y la derecha levantada en signo de bendición. A partir de este momento, se le revelará cómo será el fin del mundo.