Esta exquisita obra sobre marfil es un objeto de devoción que representa a la Virgen con el Níño, santa Isabel y san Juanito, un argumento de la infancia de Jesús y que pretende ilustrar un encuentro entre María y Jesús y santa Isabel y san Juan en su huida a Egipto.
En esta obra, el escenario es un exterior, al lado de un muro de piedra en ruinas. La serenidad de María contrasta con la alegría del Niño al recibir a su primito. En conjunto, la obra respira una atmósfera de gracia y alegría.