Vaso realizado a mano con forma de crátera, acabado exterior bruñido y decoraciones acanaladas que imitan tipologías de vasos metálicos. Datado en el siglo VII a. C., presenta rasgos formales y decorativos en la tradición del bronce final.
La presencia en los yacimientos de Alcanar de ánforas fenicias y otros contenedores, así como de vajilla indígena destinada a la celebración ritual de banquetes, nos acerca a una sociedad en la que el consumo ceremonial de alimentos (bebida y comida) era de esencia comunitaria, muy propio del Mediterráneo en la antigüedad.