Los lagares formaban parte de la casa solariega de la familia Carulla, y conservan sus característicos ladrillos vidriados de color rojizo. Aquí se almacenaba el mosto para su fermentación, una vez pisada y prensada la uva. Ahora, los lagares ofrecen un íntimo y singular espacio de exposición. En el más pequeño, se muestran distintas fotografías realizadas por Lluís Carulla en su primera juventud, todas ellas referidas a la vendimia y a la elaboración del vino, que se inicia, año tras año, cada mes de septiembre.