Hasta hace pocos años, muchas familias rurales criaban un cerdo en su casa para matarlo y poder tener comida durante todo el año, hasta la matanza del año siguiente.
La matanza del cerdo era el paso previo a la elaboración y aprovechamiento de la carne y otras partes del animal. Se convertía en una fiesta grande en todas las masías, que tradicionalmente se celebraba en una época determinada del año e iba acompañada de celebraciones populares (una cena y un baile), de carácter familiar o colectivo.