El campesino no habría podido hacer su trabajo sin el concurso de toda una serie de herramientas que lo acompañaban a lo largo del año. Estas herramientas eran el producto del trabajo cuidadoso y riguroso de leñadores, herreros, cordeleros, albarderos, alfareros y almadreñeros. Se trata tan solo de algunos de los representantes de los oficios complementarios al de campesino. Esta tercera planta del antiguo edificio pasa revista a algunos de estos oficios, que requerían un largo aprendizaje, así como paciencia y una determinada predisposición al trabajo bien hecho.
Existían, así, una serie de oficios que eran imprescindibles para llevar a cabo los trabajos agrícolas. Sin la acción de herreros, cerrajeros y carpinteros no habría habido herramientas; sin la mano del albardero no habría sido posible tirar del carro ni aparejar a los animales; sin la obra del alfarero o el cestero no se habría sido posible guardar ni transportar nada; y no habría habido madera si antes el leñador no hubiera hecho su trabajo.
Estos oficios complementarios contribuyeron decisivamente al desarrollo del mundo rural.
Dar a conocer los oficios, las técnicas y las herramientas de los antiguos artesanos es uno de los objetivos del Museo de la Vida Rural.