Las figuras de Josep Traité i Compte son conjuntos escultóricos de terracota, una forma de arte muy frecuente en Cataluña, que constituyen un resumen de todo aquello que muestra el museo: oficios, trabajos domésticos, labores del campo, costumbres y fiestas tradicionales, la vida en el hogar, etc. Un homenaje al esfuerzo, la tenacidad, la honradez y la sabiduría de la gente de campo.
La sala dedicada a este gran artista de Olot muestra y contiene el espíritu de la vida en el medio natural a lo largo de un año, pero también a lo largo de la vida. Los pequeños grupos escultóricos de Traité son capaces de evocar momentos que han quedado grabados en la memoria del país, pero también muchos otros que se ha llevado el viento de la historia (el viento, curiosamente, que el artista quiso introducir en sus figuras, a menudo despeinadas o inclinadas).
La obra de Traité parte no únicamente de la severa explotación de las posibilidades de su arte, sino también de un enorme talento para focalizar la mirada en los pequeños pliegues y repliegues de una vida en el campo que, en las últimas décadas, ha cambiado sustancialmente. Por ello la Sala Traité constituye, al mismo tiempo, una aportación etnográfica de incalculable valor.