El pescador es el protagonista principal de la vida pesquera, pero no es el único actor. A su lado se han ido desarrollando una serie de procesos complementarios y auxiliares: maestros de azuela y calafates, veleros, mecánicos, boteros, cordeleros, remendadoras, vendedores de pescado, trabajadores de las salinas...
Ser pescador exige poseer habilidades, conocimientos, memoria, sabiduría, valentía y espíritu de supervivencia. Su relación secular con el mar ha construido una cultura y una manera de ser propias, identificada en el léxico, las creencias, las celebraciones festivas o la gastronomía, entre otras manifestaciones.