El mundo del campesinado está muy ligado a una sociedad determinada, estructurada en torno de la familia tradicional catalana. Este modelo, originario del siglo XV, se empezó a modificar a finales del siglo XIX y perduró hasta la década de 1950.
Alrededor de la casa solariega o masía se vincula íntimamente el patrimonio simbólico (nombre de la casa), el patrimonio familiar y las personas. Esta estructura solariega presenta unos roles muy definidos: los hijos, el heredero y la nuera, el resto de los hermanos y los abuelos.