Hace cien años, nadie salía de casa sin su bastón, un complemento tan integrado en la indumentaria urbana como el chaleco o el sombrero, como nos muestran las imágenes de la época. Así, en los bastones se integraron armas, paraguas e instrumentos musicales, como violines, flautas o clarinetes, que servían sobre todo para el entretenimiento al aire libre y la danza. En el caso del violín bastón, la caja de resonancia, el puente y las clavijas se encuentran en la parte frontal, bajo una pieza de madera desmontable, y el arco se guarda también dentro del cuerpo del bastón. El violín bastón del Museo de la Música procede de la colección Folch-Baget y todavía conserva su arco original.