En Papúa Nueva Guinea, la palabra «kundu» se utiliza para designar un determinado tipo de tambor consistente en una pieza de madera en forma de reloj de arena, vacía por dentro, con un asa central para sujetarlo y una membrana de piel en la parte superior que se percute para generar el sonido. Este tambor en concreto presenta ornamentaciones talladas en la madera, con figuras animales y geométricas, y proviene de la cultura asmat, que lo utilizaba en rituales de iniciación para los adolescentes. Tras ser recogido en una expedición organizada por el Museo Etnológico de Barcelona, en 1970, llegó al Museo de la Música aunque sin la membrana. Hubo que esperar hasta el 2007 para poder reponerla, gracias a la confiscación de una partida ilegal de animales en el puerto de Barcelona.