El buccin es un aerófono de boquilla, muy similar a un trombón, con la campana en forma de cabeza de dragón o serpiente. Frecuentemente, estos vistosos pabellones se pintaban de colores vistosos como el rojo, el verde o el oro, con ricas policromías. El buccin se hizo muy popular en las bandas militares francesas del siglo XIX, así como también en las procesiones y actos populares de toda Cataluña. El Museo de la Música conserva una quincena de buccins, algunos construidos en Barcelona por grandes nombres como Francesc España.