Pintura de cariz costumbrista, realizada por Marià Vayreda, intelectual y ánima cultural del Olot de finales del siglo XIX. Nos muestra una escena casi literaria donde el artista destaca el monaguillo en primer plano con respecto al sacerdote. Una composición de figuras enriquecida por un paisaje dócil y humilde, como los personajes representados. La armonía del color se confunde con la fuga del paisaje y la niebla que casi no nos deja ver el horizonte.