Las redes también tenían que extenderse cada vez que llegaban del mar para que se secaran y poder repasar los agujeros que habían hecho los delfines o las rocas del fondo. Esta tarea mayoritariamente la realizaban las mujeres: las remendadoras. Y para hacerlo utilizaban agujas de red. Para armar las redes más espesas o más anchas, dependiendo del tipo de pescado que se quería pescar, utilizaban las bruscas o mols (piezas de madera de varios tamaños).