Gran colector del cardo maximus cuyo tamaño está en consonancia con el ancho de la calle, de 7,5 m. Aprovecha el fuerte desnivel de la colina donde estaba situaba la ciudad romana para conducir las aguas sucias hacia el mar. Por debajo del pavimento, esta enorme alcantarilla estaba cubierta con losas de piedra, algunas de ellas visibles aún hoy día. Sin embargo, dos de ellas fueron retiradas para incorporarlas a la exposición permanente, porque se trataba de estelas ibéricas que habían sido reaprovechadas.