La figura de Lluís Trepat (Tàrrega, 1925) se identifica esencialmente con la introducción del arte abstracto en el mundo artístico leridano. Él fue el propulsor y quien reunió a su alrededor todo el debate sobre la modernidad en la Lleida de la posguerra. Sin embargo, a partir de 1961 abandona definitivamente la abstracción para retomar el camino hacia la figuración, que ya nunca más dejará.
Trepat llega a la culminación de la abstracción a partir de 1959, cuando inicia un trabajo más libre, la serie Ovals (Ovales), que dará como resultado una obra muy personal y coherente.Esta pieza supone la recuperación del pincel, los espacios abiertos, ordenados y armónicos.Mantiene la importancia del gesto y amplía la gama cromática con una clara predilección por superponer colores sucios, debido a la utilización de la espátula.Las formas representadas son siempre óvalos cerrados dentro de los límites del cuadro, una forma geométrica de ritmo constante y repetitivo, que Trepat delimita, como ya había hecho en sus inicios abstractos, a través del color.