El peculiar perfil de este vaso, con forma de campana invertida, da nombre a la cultura campaniforme que se distribuye por todo el continente europeo y se relaciona con los inicios de la metalurgia, que tuvo su máximo esplendor en el tercer milenio a. C.
La pieza fue depositada como ajuar funerario y, posiblemente, contenía algún tipo de alimento o líquido. Se trataba de un entierro en cueva donde aparecieron los restos de dos individuos inhumados al mismo tiempo, colocados en posición fetal y mirando hacia el interior de la cavidad.