Esta pieza imita a pequeña escala (14 cm de altura y un diámetro de borde de 5,4 cm) uno de los vasos cerámicos más peculiares y característicos de la cultura ibérica: el ánfora. Esta era un contenedor utilizado tanto para almacenar líquidos o semilíquidos como para transportarlos para su comercialización, fundamentalmente por vía marítima. En la antigüedad, las ánforas circulaban por todo el Mediterráneo y eran de formas y de pastas diferentes, lo que permite identificar su origen y conocer las rutas de los barcos y, en definitiva, del comercio.